Historia

Breve Historia de la Biblioteca

El Estudio Salmantino, posteriormente Universidad de Salamanca, nació en 1218 por voluntad del rey Alfonso IX de León. Sin embargo, fue a partir de 1254, año en que Alfonso X "El Sabio" le otorgó la Carta Magna, su primera Constitución, cuando el Estudio comenzó su andadura definitiva. Un año más tarde, en 1255, el Papa Alejandro IV concedió validez universal a los títulos impartidos por la nueva Universidad y le permitió el uso de un sello propio.
Las primeras Constituciones de la Universidad, tras las fundacionales de Alfonso X, fueron las otorgadas en 1411 por Benedicto XIII, el controvertido Papa Luna. Su Título III destinaba dinero para la compra de libros y ordenaba que se construyera una vivienda para el Estacionario que permitiera instalar los volúmenes en un único lugar, lo que indica no sólo que existía la necesidad de usar los libros, sino también que el Estacionario formaba ya parte del personal universitario.Las siguientes Constituciones, no derogadas en la teoría hasta el siglo XIX y sucesivamente actualizadas mediante Estatutos, datan de 1422 y se deben al Pontífice Martín V.
A partir de 1470-71, la historia de la Biblioteca comenzó una nueva fase que alcanzaría su cénit en el siglo XVI. En cuanto al local, en 1470 los libros abandonaron la casa del Estacionario y se trasladaron auna sala exclusiva para ellos, situada en la zona alta de la capilla. Sin embargo, a principios del siglo XVI, la instalación del retablo de Juan de Flandes obligó a derribar el techo que separaba la capilla y la Biblioteca, de modo que la Universidad debió quedar unos cinco o seis años sin sala para sus libros. En 1509 se abordó la construcción del local actual, en la planta alta del claustro.
El inventario más antiguo, con relación nominal de autores y títulos, data de principios del siglo XVII (1611) y en él se contabilizan 879 obras, entre manuscritos e impresos.
En 1614 se volvió a regular el préstamo de libros, pero en esta ocasión obligando a dejar en prenda objetos personales o a presentar la garantía personal de dos catedráticos. En ese mismo año se trasladaron a la Biblioteca los armarios realizados y decorados por Martín de Cervera, en principio destinados a archivo y a libros prohibidos y actualmente utilizados para manuscritos e incunables.
Durante este siglo el incremento del fondo se debió preferentemente a donaciones, entre las que cabe destacar la del Maestro Céspedes, en 1631, con obras de clásicos griegos y latinos y la del Doctor Juan Pareja, en 1652. Por otro lado, en 1669 se traspasó a la Universidad la Biblioteca del Colegio Trilingüe.
El siglo XVIII trajo consigo las reformas borbónicas ilustradas, que afectaron profundamente a las universidades.
Respecto a la Biblioteca, la reconstrucción de la sala, tras el hundimiento de la bóveda en 1664, se realizó en 1749 con la ayuda económica del Papa Clemente XII y con la capacidad organizativa de ilustrados como Pérez Bayer. Fue con estas obras cuando la Biblioteca adquirió el aspecto que presenta aún hoy, de sala única abovedada y estanterías de pino natural, completándose con el traslado en la misma época de los sillones de cordobán procedentes del Colegio Mayor San Bartolomé y de las esferas o "libros redondos" adquiridos por Diego de Torres Villarroel en París. Como testigos de la primitiva sala se conservan tan sólo la portada gótica de piedra y la reja que la protege.
La Biblioteca Universitaria posee actualmente 2.774 manuscritos, 483 incunables y alrededor de 62.000 volúmenes impresos entre los siglos XVI y XVIII. e lcódice más antiguo de la Biblioteca, el denominado Liber Canticorum et Horarum, de estética mozárabe y letra visigótica, está fechado en el año 1059.

FUENTE:  USAL

La Restauración

La palabra proviene del francés “restaurant” que significa “restaurativo”, refiriéndose a la comida que se ofrecía en esa época (un caldo de carne). Otra versión del origen de la palabra restaurante para denominar las casas de comidas, la encontramos también en Francia. Según esta segunda versión, un mesonero llamado Boulanger, al inaugurar la que se podría considerar la primera casa de comidas en el Camino de Santiago, puso un eslogan en la entrada, que rezaba en latín: "Venite ad me vos qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos" que al castellano, podríamos traducir como: "Venid a mí todos los de estómago cansado y yo os lo restauraré". De esa última palabra del eslogan derivaría el término restaurante.
La palabra se extendió por toda Europa. En algunos países se modifica a "Restoran", "Restaurante" o "Restauracja" (en Polonia). El primer restaurante francés se fundó en 1765, y en Londres en 1873.


 FUENTE: Wikipedia


Cédula de excomunión de la Universidad de Salamanca.


Durante la Edad Media, el robo de libros de las bibliotecas eclesiásticas llegó a ser tan frecuente que los monjes franciscanos no tuvieron más remedio que solicitar al Sumo Pontífice que tomara medidas contra los bibliocleptómanos. Haciendo eco a las quejas de los monjes, Pío V en 1568 formulará un decreto fechado el 14 de noviembre que dice lo siguiente:
“Según fuimos informados, algunos espléndidos con su conciencia y enfermos de avaricia, no se avergüenzan de sacar por gusto los libros de las bibliotecas de algunos monasterios y casas de la orden de los Hermanos de San Francisco, y retener en sus manos para su uso, en peligro de sus almas y de las mismas bibliotecas, y no poca sospecha de los hermanos de la misma orden; nos, sobre esto, en la medida que interesa a nuestro oficio, deseoso de poner remedio oportuno, voluntariamente y nuestro conocimiento decidido, ordenamos por el tenor de la presente, a todas y cada una de las personas eclesiásticas seculares y regulares de cualquier estado, grado, orden o condición que sean, aun cuando brillen con la dignidad episcopal, no sustraer por hurto o de cualquier modo que presuman de las mencionadas bibliotecas o de algunas de ellas, algún libro o cuaderno, pues nos queremos sujetar a cualquiera de los sustrayentes a la sentencia de excomunión, y determinamos que en el acto, nadie, fuera del romano pontífice, pueda recibir la absolución, sino solamente en la hora de la muerte.”
Las bibliotecas exhibían copia de esta carta en lugar visible para que los amigos de lo ajeno se lo pensaran dos veces antes de echar mano del manuscrito de turno, sopesando bien los riesgos del fuego eterno a los que se exponían.
La más famosa de estas cartas es la Cédula de Excomunión que está expuesta en la Biblioteca Antigua de la Universidad de Salamanca, conocida coloquialmente como la Salmantina, reproducida en la foto superior, que dice así:
“Hay excomunión reservada a su Santidad contra cualesquiera personas que quitaren, distrajeren, o de otro cualquier modo enajenaren algún libro, pergamino o papel de esta biblioteca, sin que puedan ser absueltos hasta que esta esté perfectamente reintegrada”

 FUENTE: El Bibliófilo Enmascarado


Historia de la Tapa

Existen diversas versiones de transmisión oral acerca del origen de la tapa. Una de las más conocidas argumenta que se remonta a la Edad Media, durante el periodo del reinado de Alfonso X el Sabio en el siglo XIII; se dice que debido a una enfermedad que padeció se vio obligado a tomar algunos sorbos de vino por prescripción facultativa, y para evitar los efectos del alcohol, tomaba pequeños bocados entre horas acompañando a la bebida. Tras restablecerse dispuso que en los mesones de Castilla no se sirviese el vino sin que fuera convenientemente acompañado por alguna ración de comida; con esta medida se lograba que los comensales no estuvieran tan afectados por el alcohol del vino, por lo que tapaban sus efectos.
Otra leyenda cuenta que, durante el reinado de los Reyes Católicos, debido al aumento de los incidentes causados por los carreteros a la salida de las tabernas a causa de la gran cantidad de cerveza y vino ingeridos, se obligó a los taberneros a servir la copa de vino o la jarra de cerveza con una tapa. Esta consistía en un plato con algo de comida fría, ya fuera jamón, queso, o lo que tuviera a mano el tabernero. Los clientes debían primero acabar con la comida para poder quitar la tapa y así beberse el vino o la cerveza. Con esta medida se pretendía acabar con los incidentes de los carreteros, procurando que éstos salieran de las tabernas lo menos ebrios posibles.

Otra versión del origen de la creación del término tapa se origina cuando en una visita del rey Alfonso XIII a la provincia de Cádiz, en la que se detuvo con todo su séquito a tomarse un vino de jerez en un mesón de la zona, llamado "Ventorrillo del Chato" (aún existente hoy en día). Estando sentado en la terraza se levantó de repente una levantera (viento de levante muy típico en la zona), y al mesonero, intentando evitar que entrara algún polvo o arena de la playa en el vaso real, se le ocurrió como solución poner encima una rebanada de jamón para tapar el vaso. Parece ser que el recurso del mesonero fue muy del agrado del rey, ya que se comió la tapa y pidió otra similar. Sin embargo la certeza de la anécdota es dudosa, ya que de ser cierta, la arena habría quedado pegada a la grasa del jamón con toda seguridad, aparte de que está documentado el uso de rebanadas de pan duro o platillos de comida para tapar los vasos ya desde el siglo XVIII. Sin embargo es curioso constatar como las dos versiones más populares atribuyen la intervención de reyes en el origen de la tapa, directa o indirectamente.
FUENTE: Wikipedia